La cena de los idiotas. Esta es la próxima obra que OZ va a representar en el Teatro Coliseum de Laudio (osea en La Salle). Después de una quedada el miércoles en la que faltamos unos cuantos integrantes del grupo, nos volvimos a reunir el viernes. Ese día volvimos a leer la obra, para algunos la primera vez. A lo que quiero decir que me pareció una muy buena adaptación a la pelicula. También me gustó el final aunque en principio tenía mis dudas. Como siempre.
Dar la bienvenida al grupo a tres nuevos integrantes. De los cuales ya hablaremos otro día.
También agradecer la visita que nos hizo Nuria. Que ya me he dado cuenta que lee el blog.
Después de leer la obra. Repartrimos los personajes. Bueno realmente estaban repartidos ya. Salvo alguna duda. Creo que pueden ser acertados los repartos. Ya lo veremos.
Sin otra, nos vemos el viernes que viene para empezar a ensayar. A por ella. Seguro que va a ser un exito. Saludos.
PD: Con lo que cuesta ganar un partido, no se puede perder en el último minuto. A ver hoy la Real.
2 comentarios:
Intentaré no defraudar a mis lectores. Haberlos haylos. O cómo cojones de diga el probervio gallego de los güevos.
Díjole, entonces, ingenuo él, ¿y qué tal? Y reponda ella, sencilla como ninguna,"bien".
A veces, confundimos a los idiotas con nuestras miserias, y en este caso con mis miserias.
A veces, nos creemos tan poseedores de una verdad, de un esfuerzo, de una dedicación, incluso díjole él, de una ilusión, que todo ello nos legitima. Nos justifica. El verbo es un edulcorante de nuestra verguenza y desfachatez.
Tenemos que ser tan resputuosos con lo que no sabemos. Con lo que desconocemos. Apenas nuestra emoción e intelecto saben de nosotros como aspirar a saber de los otros y de las otras. No sabemos. No vemos. Y el que no ve, está ciego.
Hablo de mi, de nadie más, probablemente en este momento ya estoy solo. Oihala no me pertenece y lo debo recordar. No me pertenece más y lo debo recordar más. A veces, juego a que sí, a que yo fui el testigo del profeta, el seguidor del mesias, incluso, a veces, me apresuro a ostentar su representación... Idiota. Soy un idiota.
El vienes fue un día de alegría pero mi idiocia no me dejo ver, que tras los árboles, hay un gran bosque. A ver si espabilo.
¿Hay alguien?. Pero que terapeútico es este bloggggg. Me he ahorrado al psicologo.
La obra, es una delicia, pero sso, siempre es lo de menos.
Intentaré no defraudar a mis lectores. Haberlos haylos. O cómo cojones de diga el probervio gallego de los güevos.
Díjole, entonces, ingenuo él, ¿y qué tal? Y reponda ella, sencilla como ninguna,"bien".
A veces, confundimos a los idiotas con nuestras miserias, y en este caso con mis miserias.
A veces, nos creemos tan poseedores de una verdad, de un esfuerzo, de una dedicación, incluso díjole él, de una ilusión, que todo ello nos legitima. Nos justifica. El verbo es un edulcorante de nuestra verguenza y desfachatez.
Tenemos que ser tan resputuosos con lo que no sabemos. Con lo que desconocemos. Apenas nuestra emoción e intelecto saben de nosotros como aspirar a saber de los otros y de las otras. No sabemos. No vemos. Y el que no ve, está ciego.
Hablo de mi, de nadie más, probablemente en este momento ya estoy solo. Oihala no me pertenece y lo debo recordar. No me pertenece más y lo debo recordar más. A veces, juego a que sí, a que yo fui el testigo del profeta, el seguidor del mesias, incluso, a veces, me apresuro a ostentar su representación... Idiota. Soy un idiota.
El vienes fue un día de alegría pero mi idiocia no me dejo ver, que tras los árboles, hay un gran bosque. A ver si espabilo.
¿Hay alguien?. Pero que terapeútico es este bloggggg. Me he ahorrado al psicologo.
La obra, es una delicia, pero sso, siempre es lo de menos.
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