13 mentiras (un mes después)

Ya casi ha pasado un mes desde que leímos 13 mentiras.

La obra tiene pinta que no es poco. Hubo un momento donde se cernían algunas dudas, con cierta sombra alargada, sobre el devenir y solvencia del proyecto. Afortunadamente, la lontananza se ha despejado y el cielo presagia los famosos claroscuros de siempre.

Esto es: una obra muy insustancial pero también muy divertida que nos exige una comprensión del guión que no acostumbramos a manejar y una rapidez en escena que, tampoco, es nuestro punto fuerte. Conclusión: una de las obras más difíciles de los últimos años. Mucho más que Mamma Mia donde la emoción (eso si) y la extraordinaria puesta en escena disimulaban los posibles deficits de los protagonistas.

De nuevo, la vida nos regala una de sus grandes sabidurías: cuanto más sencillo, más difícil.

El tema de los ensayos es el que acostumbra a ser en los últimos 28 años. No se puede pedir peras al olmo. Por cierto, ¿qué coño se puede pedir al olmo? ...

Es verdad que no se puede pedir, no es exigible ni censurable. De verdad, que no. Pero tampoco caigamos en la complacencia de "bastante hacemos con lo que hacemos". La frase solo merece la pena si no es conformista ni legitimadora de ausencias y "just in case" de manido uso.

Hemos empezado a ensayar y las noticias buenas, tras la inevitable reflexión papista del ser supremo que nada sabe pero que todo dice, que la obra no nos va y que no nos confiemos en su simpleza que esa es la que nos sancionará con toda su sencillez, directa y contundente, decía, hay grandes noticias:

Lara y Naiade. Dixie y Pixie. De verdad que hay alguna norma que mejore la frescura y vitalidad que nos ofrecen? Si existe , no quiero saberla. Bendita ignorancia.

Luis Mari, está como loco con su "ostiaspasa". Disimulara lo indisimulable.

Sonía, al reves, no disimulara lo que no hace falta disimular. La princesa Laia debería pedirle un autografo,

Ainhoa, sigue con su milagroso peregrinaje. A ver si me centro en ello, por cierto.

El resto estamos entregandonos e intentando encontrar al personaje... incluso, intentando ensayarlo por primera vez (gracias a Dios con dos funciones, parece que 'casi' aseguramos un ensayo general y una función)... No es una obra fácil porque es una obra extraordinariamente simple y los seres humanos no sabemos de cosas simples. Por eso, intentamos manejarnos con libros de autoayuda que nos recuerden lo complejo de nuestra existencia. Ay.....

O nos ponemos las pilas o veréis como es mucho más fácil hacer un musical que una obra como  mentiras que solo requiere de nosotros, a nosotros... Precisamente, lo más difícil de dar.

Saludos!!!

13 MENTIRAS

Debe ser el siglo XXI, o quizás las malditas redes sociales. Siempre somos nosotros, los humanos... echando pestes y culpas a los demás o directamente a lo ajeno sobre nuestra actitud y comportamiento.

Pobre Blog. Nadie te aprecia. El que escribe, tampoco.

Bueno, estamos a punto de leer la 62 obra de Oihala Zabaltzen. 13 MENTIRAS. Se trata de una adaptación muy libre, tanto que ni es casi adaptación, de la obra original del grupo estrenada en diciembre de 2000: La herencia.

Hay que partir de una premisa clara: estamos ante un vodevil. Un juguete cómico intrascendente. La obra es una insustancialidad. El reto era convertirla en divertida y, por qué no, adorable (esto último, sin duda, muy complicado y difícil de lograr en casi todas las obras).

Tras la "re"escritura de la comedia, podemos decir claramente dos cosas: cumplimos la premisa (es una obra mu tonta, pero que mu tonta) y tiene pinta que puede ser mu divertida. Mu tonta y mu divertida. Si es así, no va mal la cosa.

El reto de la adoración se antoja más encriptado pero no imposible. Tiene sus "personajes" y  sus "momentos" la historia. Creo que si logramos protagonistas pusilánimes estaremos más cerca de lograr cierta emoción. Sin ella, este grupo es poca cosa, apenas uno más. Apenas uno que no sabe de teatro.

En fin, veremos el viernes, o sea, mañana, las primeras reacciones. Pero estoy seguro que todos y todas tendremos ganar que, sea cuales sean, mejorarlas y lograr emocionarnos. En eso consiste Oihala Zabaltzen en pensar poco y llorar, reír... mucho.

Abrazos amigos internautas allá donde estéis.

Pobre  ser, que humano dejo de ser y paso de humano volver a ser.

W.I.O.