Bueno... lo primero es... Nuria, sí, la hacemos el 26 de enero y el 2 de febrero.
Y cómo va?
Lo no importante apenas me preocupa. Lo otro, algo más.
Entre lo primero, lo único que nos va a dar problemas es el sonido, que en una obra musical, parece como crucial. Es lo único que me preocupa pero claro es muy epicentro de la obra. La adaptación está muy bien, los números son más divertidos que técnicos, afortunadamente... y creo que tenemos ilusión.
TAmbién es cierto que supone una vuelta de tuerca más y solemos estar justos... ya, ya. ya... Joserra diría que siempre estoy igual y que soy un triste... pero esta obra es una vuelta de tuerca más (o dos)... y lo vamos a notar en los sobacos. Espero que no en el corazón.
Lo importante preocupa algo más. La vida (y la crisis) nos acecha. Y nos afecta. Somos un nicho de seguridad que se mantiene hermético ante la hostilidad del entorno pero el entorno se intensifica y estrecha y si nos miramos, nos veremos. Si yo, que soy de los tontos, lo veo, todos lo podemos ver.
Me preocupa que la ansiedad y el estres pueda con alguno de nosotros (yo, el primero). Me preocupa que la alegria de alguno se note menos y se advierta delante de nosotros algo más quieto y desasosegado. Me preocupa que los viajes en invierno se hagan más largos (y un año más, más pesados a pesar del incentivo que se mantiene, espero). Me preocupa.
Que nos metamos en el lio de la gestión de las invitaciones y no sepamos o no estemos tan dispuestos como parece. Y no porque no gestionemos eso bien, eso no me preocupa, sino que arrastre la gestión de nuestra amistad. Eso es lo único que nos salva y nos salvará.
Me preocupan esos padres que quiereen pero no alcanzan todo porque lo que sí ha llegado es otra edad en su familia. Otro momento.
Puede que estemos en un instante de cambio, puede que siempre lo estemos... pero si nos miramos, debemos cuidarnos. Cuidarse para cuidar. Cuidarse uno, cuidar a los demás.
Ahora a ensayar dos días por fin de semana, ensayos de tres horas... buscar solución al sonido... y, sobre todo, mirarnos, callar si es necesario, sonreir siempre y ayudar(nos)... No es Mamma mia, son nuestras vidas las que estrenamos el próximo 26 de enero. Ahí, en el escenario, no habrá actores ni actrices, ni técnicos... habrá ilusiones... amigos... cuidandonse unos a otros.
Viva oihala zabaltzen... Yo no soy cura, pero estoy consagrado a la historia de una ilusión.
